Apagón.
Instantáneas.
Señalan más de lo que muestran.
Espejos.
De pronto, fin.
¿ya terminó?
No, que no termine...
Aplausos, y afuera.
Pero.
Pero.
Afuera algo contínúa.
Incomoda.
Molesta.
Y allí dónde continúa
no hay apagón.
Que termine,
por favor...
"Mujer armada, hombre dormido", de M. Flores Cárdenas, en el Camarín de las Musas
No se si comparto (no me quedó tanto en el cuerpo, lo sentí como ficción más a distancia), pero esto está tan bien escrito que me dieron ganas de cambiar de opinión.
ResponderEliminar