29 de julio de 2012

como el aire invisible

Un hombre comienza a sentir una presencia. Eso se dirige a él. Eso está en su territorio, bebiendo su agua, robando su imagen en el espejo. Eso vive en su casa. Eso está despierto mientras duerme. Dando signos de vida sin dejarse capturar por la mirada, o la razón.
Eso, incapturable. Eso que lo captura. Eso que lo respira.
Hecho el pacto con la razón, se impone la renuncia a percibir los signos de esa presencia. Los signos de lo otro.”Como el aire invisible” propone una tregua al pacto, invitando (¿empujando?) por un rato al abismo. Lleva al público de la mano a correr ese riesgo. Y no garantiza retorno.
Un viaje que bordea el agujero negro de la locura, que bordea la locura de la cordura, un poco más allá (¿o más acá?) de cualquier teoría. Experiencia escénica y, en tanto tal, experiencia del cuerpo, que pone en jaque las certezas del adentro y afuera, de lo verdadero y lo falso, de aquello que llamamos realidad. Una invitación a asomarse, a oír las múltiples voces que habitan en Uno.
¿Quién no ha sentido alguna vez esa presencia? ¿Hasta dónde se puede llegar para silenciarla? ¿Quién es yo? ¿Quién es el otro? ¿Qué es lo otro?
El teatro retoma aquí aquellas preguntas, sosteniéndolas en poética tensión. Pasen y vean, no esperen respuestas, y déjense habitar por las preguntas

"Como el aire invisible", sobre texto de Guy de Maupassant. Dirección Florencia Suarez Bignoli. Sala Escalada.

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